miércoles, noviembre 17, 2010

Estudiar arquitectura: motivos por el cual nosotros como estudiantes, no nos damos por vencidos y seguimos adelante.

Por motivos de un ramo en mi carrera, nos hicieron crear un blog, con mi grupo decidimos mostrar el lado "B", de lo que significa estudiar arquitectura, mostrar aquello que solo los que vivimos tras los cartones, el masking y los tip tops sabemos que pasa.


Luego de pasar por la porcina y ahora por la segunda extracción de mis muelas del juicio me pregunto porque he decidido hacer pasar a mi cuerpo por tal tortura, ya que solo yo y nadie más que yo decidió entrar en esta carrera.


Dejar de dormir, no tener sensibilidad en mis dedos gracias a los innumerables cortes con el tip top o hermosas quemaduras con el cautín, que mis amigos con suerte se acuerden de que existo, ya que al ser de muy lejos al lugar en el cual estudio mi contacto con ellos es nulo, solo una vez al año cuando son las fiestas de fin de año y todo lo que ello conlleva y como leí por ahí en una página social mi hermano pequeño ya cree que es hijo único y de apoco me he dado cuenta que ciertas herramientas útiles para mi desarrollo escolar como la calculadora científica, la impresora, las tijeras etc., ya no están en mi pieza, sino que mágicamente han aparecido en el escritorio de mi querido hermano menor. Situaciones que, según yo, ustedes futuros colegas, conocen de primera fuente. Por esta razón mi pregunta aumento a no solo querer saber el porqué solo yo decidí que esto para mi estilo de vida sino que también la de ustedes.
Creo que una respuesta como “estudio arquitectura porque me gusta” no es una respuesta completa, ya que a mí me gusta la música me apasiona escucharla y hacerla, pero no me encuentro en un conservatorio, sino que voy día tras día a un taller a aprender lo más posible de arquitectura, aunque no se imaginan la cantidad de veces que he deseado haber escuchado a mi mama y estar estudiando música.

Buscando por la red, una amiga bien cercana a nosotros, coloque la pregunta mágica ¿Por qué estudiar arquitectura?, las respuestas eran tan distintas pero tan iguales que me sorprendió el darme cuenta de que no soy la única loca que pisa este mundo, respuestas como: “en vez de jugar a las muñecas, hacia ciudades, creaba calles y manzanas donde estaban los bomberos y la comisaria, la infaltable plaza con su estatua etc.” Me llevaban a recordar mi infancia con legos y casitas de la gran capital, las cuales nunca las use en la gran capital sino en las ciudades que inventaba según el día, haciendo mis propias croqueras para poder dibujar y cortando cartones para hacer manualidades.
Seguí leyendo y dentro de todo lo que más me llamo la atención era que de todas las respuestas que encontré en internet, sin filtrar edades, ni estratos sociales, ni mucho menos el país de procedencia, el 90% de los comentarios decían que siempre lucharon contra estudiar arquitectura, a pesar de que dentro de cada uno de ellos siempre supieron lo que debían escoger, para realizar por el resto de sus vidas; lo que me llevo a pensar que mi pregunta original es mucho más profunda hacia mi cuestionamiento personal del porqué sigo adelante en una carrera tan compleja.

Reflexionando en mi crianza, del lugar en el cual provengo, de los paradigmas familiares, creo que una respuesta sobresale del resto y me da fuerzas para no desistir de hacer algo que realmente me fascina. El haber crecido en un lugar de conflicto entre chilenos y mapuches, ver tanta desigualdad social, crecer en medio de ingenieros, y ver cómo el levantar un hogar es mucho más que parar 4 paredes, más mis gustos genéticos, por la música, el arte, las matemáticas y la física, fueron la mezcla para decidir no solo satisfacer mis gustos y crear por medio de las artes y las matemáticas, sino también el querer que todo aquel, que sin recursos pueda habitar en lugares hermosos, aportar un grano de arena y hacer que las brechas sociales, por lo menos en el ámbito habitacional se acorten, que solo por el hecho de ser persona tengan la opción de estar en lugares que entregan armonía, y que por momentos los problemas, las angustias, las desilusiones etc., queden a un lado y se pueda apreciar la belleza que nuestro planeta y la intervención humana nos pueden entregar.
Un conferencista dijo una vez “La arquitectura hay que regalarla, debemos pasar liebre cuando nos piden gato” (Juan Sabbagh), y es eso precisamente lo que resume mi respuesta a la pregunta ¿Por qué estudiar arquitectura?

Ahora bien espero leer sus respuestas, cuando hayan reflexionado por qué realmente están en esto.